Source: Ethan Miller/USSF / Getty
Durante el emocionante partido de las Semifinales de la Nations League de la Concacaf entre Estados Unidos y México, la fiesta tricolor en las gradas se vio empañada por un incidente lamentable. En el minuto 12, se escuchó un grito ofensivo y homofóbico dirigido al portero rival durante su saque de meta.
A pesar del ambiente festivo y la pasión de la afición mexicana, el grito inapropiado resonó en el estadio. El sonido local intervino de inmediato y emitió una advertencia, recordando a los espectadores que el uso de lenguaje ofensivo está prohibido y que el árbitro tenía la autoridad para detener el partido si se repetía.
A pesar de los llamamientos a la responsabilidad y el respeto, lamentablemente, en la segunda mitad del partido, cuando México ya estaba en desventaja con tres goles en contra, se volvió a escuchar el grito prohibido. Como consecuencia, el árbitro, Iván Barton de El Salvador, decidió suspender el juego temporalmente junto con los jugadores en el mediocampo.
Después de unos minutos, el partido se reanudó, pero en el tiempo añadido, el grito volvió a ser escuchado una vez más. Ante esta situación, el árbitro tomó la decisión de poner fin definitivamente al partido, ya que no se pudo completar el tiempo agregado de 12 minutos.
Este incidente sirve como recordatorio de la importancia de erradicar actitudes discriminatorias y de promover el respeto y la inclusión en el fútbol. Todos los aficionados tienen la responsabilidad de contribuir a un ambiente positivo y libre de discriminación, donde el juego y la pasión se disfruten sin ofensas hacia ningún jugador o grupo.
