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Por Carlos Rajo/ Columna de opinión

Al final lo importante era ganar. Al menos esconder por noventa minutos, sino eliminar para siempre, esos miedos y dudas mentales que habían puesto a la selección mexicana a un paso de ser eliminada de la Copa del Mundo. El 5 a 1 sobre Nueva Zelanda lo dice todo. Se ganó y se tiene casi asegurado el boleto a Brazil.

La debilidad, la ingenuidad y hasta la torpeza del equipo de Nueva Zelanda no admite un análisis profundo sobre si el Tri del Piojo Herrera ha dado el salto y México está de nuevo en el lugar que le debería corresponder como uno de los grandes de la Concacaf. Baste decir que el dominio de México fue casi absoluto y que de no haber sido por el portero de Nueva Zelanda, se hubieran marcado cuatro o cinco goles más.

Nueva Zelanda estuvo más o menos de igual a igual únicamente por los primeros diez o quince minutos. Nada extraordinario pero al menos un par de jugadas para inquietar a una defensa mexicana que deja mucho que desear y que tendrá que ser uno de los tantos puntos pendientes del Piojo de cara al Mundial -asumiendo que lo ratifican en el cargo para la Copa del Mundo-.

A partir del primer gol de México el partido fue otro. Aunque ya antes el portero Glen Moss había mostrado que está en otro nivel que el resto de jugadores de Nueva Zelanda. Glenn hizo un par de quites que eran medio goles. Cosas esas del fútbol, el gol de México, de Paul Aguilar, llega precisamente por un error infantil de la defensa de Nueva Zelanda que dejo sin posibilidades al portero. Más tarde vendría el segundo gol de México, de Raúl Jiménez, y así se irían al descanso. Pudieron haberse ido para su casa. El partido estaba definido.

Los dos goles siguientes fueron del mismo delantero, Oribe Peralta, quien se ganó sus quince minutos de fama con sus goles para que México ganara la medalla Olímpica en Londres en 2012. Peralta es uno de los pocos jugadores que no son del equipo America de la Liga mexicana -juega para el Santos Laguna- y quien en el papel está supuesto a pelear su lugar con la gran estrella mexicana que juega con el Manchester United, el Chicharito Hernández. Hoy Hernández no fue convocado por el Piojo y eso aseguró que Peralta fuera el eje del ataque. Su segundo gol fue sin duda el mejor del partido.

Peralta es un tanto pequeño y menudo, sin el físico del típico centro delantero o bien grandote y fuerte o ágil y alto; sin embargo, tanto por ubicación como por técnica es un goleador nato. Ese segundo gol fue un centro desde la izquierda que Oribe recibió en el centro del área. Dio el salto un tanto incómodo con el cuerpo inclinado hacia atrás y de ahí soltó el cabezazo al ángulo derecho del arquero de Nueva Zelanda. Inalcanzable. Tremendo gol porque se necesita de una gran técnica al cabecear para darle la fuerza y la colocación que Oribe le puso.

Cuando Oribe hizo lo propio en Inglaterra nos preguntábamos por qué ningún equipo europeo lo contrataba. Con lo que mostró hoy vuelve la pregunta. Oribe es hoy por hoy el mejor delantero mexicano. Y sin duda, el más popular de los jugadores. “El Cepillo”, lo apodan, quizá por su pelo parado. Recibió una gran ovación cuando salió faltando unos minutos para terminar el partido. Asi como van las cosas no sería extraño que Oribe se convierta en el símbolo de este Tri del Piojo. Irónico, ya que como decíamos, es de los pocos que no es del América. Y por supuesto, hizo que nadie se acordara del Chicharito.

Vendría luego un quinto gol del Tri, también de cabeza, en este caso del veterano defensa central Rafael Márquez. Una vez más un descuido de la defensa de Nueva Zelanda que dejó que Márquez cabeceara en el área chica. Lo de Márquez y su futuro con el Tri es moneda al aire. Se le convoco de urgencia ante la crisis por la que pasaba México.

Cuando se perdió ante Costa Rica surgieron de nuevo las dudas y el recordatorio de que Márquez ya pasó sus mejores días. Hoy que se ganó se le da el pase. La victoria esconde la lentitud o la falta de coordinación en una defensa central mexicana que casi no fue exigida y que plantea preguntas sobre quiénes deberían ser los elegidos para la Copa del Mundo.

Una defensa, por cierto, responsable en el único gol de Nueva Zelanda. Una pelota que queda rodando en el área -inaceptable cuando hay buenos centrales- y que el delantero de Nueva Zelanda golpea suavemente hacia el lado derecho del arquero mexicano.

Más tarde en la conferencia de prensa, el Piojo Herrera diría que México había “regalado el gol”. Más claro no pudo hablar el técnico. De nuevo, con la victoria y casi con seguridad también la clasificación, un gol o un error defensivo no es mayor cosa. Pero lo que sí es cierto es que hay focos rojos en la defensa que el Tri que Herrera debera solucionar.

En la misma conferencia el Piojo diría que el Tri estaba “en deuda” con la afición y que eso era lo mejor que habia pasado en el partido, que con la victoria se le había cumplido a la afición. Y ciertamente que eso es lo más importante. Se ganó y la afición futbolera está hoy contenta. No debería de haber más espacio para el comentario o la crítica. Como se dijo, el rival no está ni de lejos a la altura para juzgar si el Tri del Piojo es el Tri que la gente quiere o espera.

Hablando del Piojo, el técnico ha demostrado que tenían razon los que lo escogieron para esta encomienda. Herrera cumplió a cabalidad su tarea: modificar la mentalidad de los jugadores mexicanos. Terminar con esas dudas e inseguridades que habían sido la constante durante la eliminatoria. No quiere decir que esto se haya cambiado para siempre. Es simplemente que ante la débil Nueva Zelanda el Piojo hizo lo suyo. Nadie como él en el fútbol mexicano para motivar al jugador. Digamos que ha sido suficiente para conseguir ese boleto a Brazil. Otra cosa será durante el Mundial.

El próximo miércoles se jugará en Nueva Zelanda el segundo partido del repechaje. Literalmente sólo un milagro haría que el Tri pierda por goleada ante un rival tan menor. Tanto México como Uruguay -otro equipo latinomericano que pelea uno de los últimos boletos al Mundial y que le ganó a Jordania 5 a 0- han mostrado que están en otro nivel de fútbol. Y que sería una verdadera lástima si estas dos selecciones de países con  gran tradición futbolera no van al Mundial. Que bueno al menos que por esas gracias de la FIFA tanto el Tri como los “charrúas” casi con seguridad estarán en Brazil 2014.