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La tensión entre México y Estados Unidos creció tras la cancelación del encuentro que los presidentes tenían previsto el 31 de enero y el cruce de declaraciones ríspidas, muchas a través de Twitter, que rompieron la diplomacia y el entendimiento que prevalecía entre las dos naciones desde hace más de dos décadas.

La preocupación se elevó cuando el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que se comenzó a barajar la posibilidad de incrementar 20% de arancel a las importaciones mexicanas para pagar el muro fronterizo, tema del que habló Trump desde su campaña.

Horas, antes, el presidente Enrique Peña Nieto señaló que cancelaría su viaje a Washington. “Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes”, tuiteó el mandatario horas después de que su homólogo estadounidense señalara que el encuentro no tenía sentido si México se negaba a costear la barrera fronteriza.

“Si México no está dispuesto a pagar el muro tan necesario, entonces sería mejor cancelar la próxima reunión”, declaró el republicano también a través de Twitter.

Más tarde, lejos de apaciguar las cosas, en una intervención ante legisladores en Filadelfia, quien llamó violadores y criminales a los mexicanos durante su campaña electoral pidió respeto a su vecino del sur.

“A menos que México trate a Estados Unidos justamente, con respeto, tal reunión sería inútil y quiero tomar otra ruta. No tengo opción”, sostuvo.

Trump aseguró que la cancelación del encuentro fue de mutuo acuerdo y que su gabinete trabaja en un proyecto de reforma fiscal que reducirá el déficit comercial, incrementará las exportaciones estadounidenses y generará ingresos desde México “que pagará por el muro si decidimos tomar esa ruta”.

Casi de forma simultánea, Sean Spicer dijo a periodistas a bordo del avión presidencial que Trump buscaría imponer el arancel de 20% a las importaciones mexicanas para financiar la construcción del muro. Y aunque más tarde matizó el comentario y enfatizó que ésa era sólo una opción entre varias, sus palabras generaron gran preocupación en México.

El presidente estadounidense conversó el jueves del tema de los aranceles con legisladores y, según Spicer, podría generar un ingreso por 10.000 millones de dólares anuales procedentes de México, con lo que se podría financiar el muro fácilmente.