Turismo en Panamá: Aventuras entre costas, montañas y volcanes

Source: Telemundo Columbus-Indy/Elvia Skeens

“Así es nuestra tierra Panamá: Orgullosa y perfecta en sus imperfecciones. Llena de autenticidad sin remordimientos, irradiando vida, donde el Mar Caribe y el Pacífico se encuentran, el Viejo y Nuevo Mundo convergen, lo cosmopolita y lo rural coexisten. Es una guía para la transformación personal y cultural, un lugar para descubrir más”.

CIUDAD DE PANAMÁ (Telemundo Indy/Columbus) — De esta manera, la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), a través de un video colgado en Instagram invita a visitar un pequeño istmo en el centro de los continentes americanos con costas en ambos mares y único dueño del canal interoceánico.

Cuando los turistas viajan por primera vez a Panamá lo hacen motivados por vivir las mejores experiencias y visitar la variedad de atracciones climáticas que este país ofrece; ya que, así como se presume un cálido ambiente tropical, también hay alternativas para aventuras ecológicas y el clima frío de montañas y volcanes.

Playas paradisíacas

Una de las atracciones que suma la mayor cantidad de visitantes extranjeros se concentra en la oferta hotelera, donde los resorts “todo incluido” están siempre llenos, tanto en temporada alta como en baja. Estos complejos turísticos, cuya popularidad crece de la mano con su desarrollo en la provincia de Coclé, iniciaron su auge económico, hace más de dos décadas, con la llegada de la cadena de resorts Royal Decameron a la comunidad de Río Hato.

Por su ubicación geográfica en la Riviera Pacífica, esta región que está a dos horas de la ciudad capital es actualmente uno de los destinos de playas más concurridos.

Aquí, además de la firma Decameron, se encuentran otras alternativas “todo incluido”: Playa Blanca Resort, que posee una de las piscinas de agua salada más grande de Centroamérica con 14 pies de profundidad, el Riu Playa Blanca, Evenia Bijao y BlueBay Coronado.

En esta misma región en las costas del Pacífico está el complejo hotelero de Buenaventura; una opción más lujosa que “sin nada incluido” ofrece un ambiente pasivo y completamente diferente para los amantes de la tranquilidad entre mar y naturaleza boscosa dentro de una zona residencial muy exclusiva.

Y si las opciones de playa en Coclé se agotan, no hay razón para preocuparse porque desde que el visitante cruza el famoso Puente de las Américas, al salir de la ciudad capital, todo lo que encontrará mientras recorre la Vía Interamericana, son regiones costeras; es decir que hay playas por doquier y para todo tipo de presupuesto en Veracruz, Coronado, Punta Chame, San Carlos, Playa Corona, Rio Mar, Lago Mar, Santa Clara y Gorgona, entre tantas.

Tierras Altas

Si desea tener una experiencia en clima de montaña, pero no le alcanzan los días para llegar hasta las elevaciones donde se impone el volcán Barú, en la provincia de Chiriquí, entonces muy cerca de la Riviera Pacífica y a solo dos horas de la capital, usted puede alojarse en El Valle de Antón.

Tendrá la misma experiencia “de altura” sin necesidad de viajar hasta los pueblos de Boquete, Volcán o Cerro Punta que ofrecen vistas fascinantes desde miradores, ríos gélidos, puentes colgantes, cultivos de flores, fresas y hortalizas.

Una vez en El Valle podrá conocer los famosos pozos de aguas termales, favoritos de los visitantes por sus propiedades curativas, además de explorar las montañas, aventurarse en actividades de senderismo, “zip-line” o simplemente recorrer los mercados artesanales.

Costa Atlántica

Cuando su visita solamente le permita explorar por pocos días, no dude en atreverse a conocer la Costa Atlántica en la provincia de Colón, a 45 minutos tomando la autopista desde la ciudad capital (“downtown”).

Aquí se encuentra el puerto de cruceros de la ruta Caribe, Port Colon 2000, la Zona Libre para comprar sin impuestos, las nuevas esclusas de Agua Clara que resultaron de la ampliación del Canal de Panamá en 2016 y las ruinas del fuerte español de San Lorenzo que facilita una experiencia al pasado en tiempos de piratas y corsarios.

Siempre y cuando la ruta se lo permita, aproveche para llegar hasta el pueblo de Portobelo, otra fortaleza testigo de la historia, visitar la iglesia del Cristo Negro, comer los maricos más deliciosos acompañados de arroz con coco y detenerse en cada playa del trayecto, donde la tranquilidad de sus olas serán la mejor razón para querer regresar.

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