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LIMA, Perú (AP) — Miles de fieles cumplieron el fin de semana la peregrinación al Santuario del Señor de Huanca en la región del Cusco, una tradición religiosa que se inició en tiempos de la colonia y que perdura hasta la actualidad.

En la víspera del 14 de septiembre, familias enteras de devotos, provenientes del Cusco y de otras regiones de Perú, así como de Bolivia, Argentina y otros países, inician cada año una caminata nocturna de siete horas para ascender a la montaña Pachatusan, en cuyo pie se halla el santuario, donde se venera desde hace 339 años una imagen de Cristo azotado y sangrante, conocida como el Señor de Huanca.

El culto al Señor de Huanca fue oficialmente reconocido por la Iglesia Católica en 1779. Desde entonces congrega a miles de personas, que llevan velas y flores hasta el santuario, al que también se puede acceder por carretera en auto u otros vehículos. En el lugar, los devotos participan del oficio religioso y de una procesión de las efigies del Señor de Huanca y de la Santísima Virgen Dolorosa.

Según la tradición, a fines del siglo XVII Cristo se le apareció a un indígena que trabajaba en las minas de la zona y que se escondía en el interior de una cueva en la zona conocida como Huanca, para huir del castigo de su patrón español. Posteriormente, guiado por la descripción del indígena, un artista pintó en una roca de la caverna la imagen de Cristo herido a latigazos.