La marcha arranco a eso de las 10 de la mañana desde la entrada principal del centro de detención de la Oficina de Inmigración y Aduanas en el condado de York, Pensilvania.
Antes de salir un sacerdote bendijo a las mujeres que hicieron la primera parte del recorrido a pie en un trayecto de unas 10 millas. “los buses nos esperaron más adelante para seguir. No tenemos miedo, tenemos esperanza y paz en nuestros corazones. Confiamos en que llegaremos a la meta y conseguiremos que nuestras voces sean escuchadas,” dijo una mujer.