CLOSE
New York's Northwell Health Hospital Administers Covid Vaccines

Source: Pool / Getty

“Estoy feliz de que dentro de un mes y medio no tendré miedo de entrar en una habitación. No tendré que temer a hacer compresiones en el pecho o de estar presente cuando intuben a un paciente”.

Maritza Beniquez, una enfermera de Nueva Jersey que lleva meses trabajando en la primera línea de batalla conta el COVID-19, se muestra más esperanzada este martes, cuando miles de trabajadores sanitarios como ella en Estados Unidos continuaron recibiendo la recién aprobada vacuna de Pfizer.

Beniquez, de 56 años, fue la primera trabajadora de la salud en recibir la inyección en Nueva Jersey.

La vacunación del personal de salud, un grupo prioritario, comenzó este lunes y ha significado una gota de esperanza dentro de un gris contexto de más de 16,300 millones de infectados y más de 300,000 muertes por coronavirus.

Ya no quiero tener miedo, y no quiero correr el riesgo de llevármelo (el virus) a casa y contagiar a mi propia familia y amigos”, dijo la enfermera, quien ha pasado los últimos meses atendiendo a grupos de minorías en la sala de emergencias del Hospital Universitario de Newark.

Como ella, todos los receptores de la vacuna de Pfizer recibirán una segunda dosis unas semanas después, como parte del tratamiento.

Las empresas de envío UPS y FedEx entregaron unas 189 cajas primero a 145 hospitalesEste martes, entregaron a otros 450 sitios y, el miércoles, lo harán a 66 más.

El Gobierno federal tiene planeando hacer cientos de envíos más durante el fin de semana.

“Estamos comenzando nuestro ritmo de ejecución continua de la vacuna según esté disponible”, dijo Gustave Perna, jefe de operaciones de la Operación Warp Speed. “Empacamos y entregamos. Es un flujo constante de vacunas disponibles”, reiteró.

Las vacunas para los residentes de unos 1,100 asilos no comenzarán en la mayoría de los estados hasta la próxima semana.

Perna y otros funcionarios reiteraron su proyección de que 20 millones de estadounidenses podrán recibir sus primeras vacunas para fines de diciembre, y 30 millones más en enero. Proyección que supone la rápida autorización de la vacuna de Moderna que también requiere de dos dosis para una protección total.

El gobierno de Estados Unidos compró 100 millones de dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech y ordena 200 millones de dosis de Moderna. Asumiendo que no hay retrasos en la fabricación o distribución, eso sería suficiente para vacunar a 150 millones de estadounidenses a mediados de 2021.

Un día después del lanzamiento de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer-BioNTech, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) concluyó que la vacuna de la farmacéutica Moderna es “segura y eficaz”. Se espera que esta segunda opción de inmunización se apruebe su uso de emergencia tan pronto como el viernes. 

El arma contra la ola de brotes por el COVID-19 llega en el momento en el que se registran cifras récord de casos. Este lunes se contabilizaban más de 300,000 muertes por el virus en Estados Unidos. Se prevé que la cantidad de contagios empeore en las próximas semanas, tomando en cuenta los viajes vacacionales y reuniones familiares.

En otras partes del mundo, la vacuna Pfizer-BioNTech se está administrando en Reino Unido y Canadá. Y los reguladores de la Unión Europea adelantaron una semana la reunión para evaluar la vacuna. Esto bajo la presión de Alemania y otros países del continente.

Al examinar los primeros resultados de un estudio de 30,000 personas, la FDA encontró que la vacuna de Moderna funcionaba casi igual que la de Pfizer-BioNTech.

La vacuna Moderna fue efectiva en más de 94% en la prevención del COVID-19 y 86% efectiva en personas mayores de 65 años. La FDA no descubrió ningún problema importante. Así como tampoco ninguna reacción alérgica grave. Los efectos secundarios pueden incluir fiebre, fatiga y dolores, ya que la vacuna revoluciona el sistema inmunológico.

Tanto las vacunas de Moderna como las de Pfizer-BioNTech no están hechas con el virus en sí, lo que significa que no hay posibilidad de que alguien pueda contagiarse con las inyecciones. En su lugar, la vacuna contiene un trozo de código genético que entrena al sistema inmunológico para reconocer la proteína en la superficie del virus.