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Un acuerdo que podría cambiar la telefonía en Estados Unidos fue anunciado este domingo con la fusión de las compañías T-Mobile y Sprint en un nuevo grupo que reduciría a tres principales proveedores de servicios celulares y aumentaría su capacidad de competir con sus rivales AT&T y Verizon.
Sprint está valorado en 59.000 millones de dólares y T-Mobile en 146.000 millones, incluyendo deuda.
Es la tercera vez que se intenta este trato, tras una primera oferta de T-Mobile por Sprint hace tres años, que generó preocupación en la administración del entonces presidente, Barack Obama. En octubre pasado, ambas compañías intentaron llevar a cabo el trato, sin éxito.
T-Mobile y Verizon pueden ganar al reducir costos. La nueva compañía que formarían tendría casi tanto subscriptores como Verizon y AT&T.
Sin embargo, los consumidores pueden verse afectados por la disminución de competidores en la industria, que podría traducirse en precios más altos. La fusión también podría implicar el cierre de tiendas. Podrían verse afectados 20.000 empleos en los Estados Unidos, según la organización de Trabajadores de la Comunicación.
Mientras en los últimos años T-Mobile ha expandido constantemente sus clientes, Sprint se ha enfrentado a pérdidas anuales, aunque la baja en sus costos lo ha vuelto más atractivo para los consumidores.
La fusión todavía deberá de revisada por el Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comunicaciones. Su principal prueba será lograr la aprobación reguladores antimonopolio de la administración del presidente, Donald Trump.
