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El fundador de la revista Playboy, Hugh M. Hefner, un hedonista fumador en pipa que impulsó la revolución sexual en la década de 1950, falleció el miércoles. Tenía 91 años.

Hefner, que levantó un imperio multimedia con clubes, mansiones, películas y televisión, representado por mujeres con disfraces de conejita y pajarita, murió de causas naturales en su casa y rodeado por su familia, dijo la revista en un comunicado.

Hefner fue una de las personas que ayudaron a sacar el sexo de su envoltorio opaco y a hacerlo un tema de conversación habitual.

En 1953, cuando los estados podían prohibir legamente los anticonceptivos y la palabra “embarazada” estaba vetada en el programa del momento en la televisión estadounidense, “I Love Lucy”, Hefner publicó el primer número de Playboy, que incluía fotografías de Marilyn Monroe desnuda (tomadas años antes) y un editorial que prometía “humor, sofisticación y picardía”. La Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial habían terminado y el país estaba listo para desvestirse.

Playboy se convirtió pronto en la fruta prohibida para los adolescentes y en una biblia para hombres con tiempo y dinero, preparados para las noches que recomendaba la publicación: luces bajas, tragos, jazz suave, reflexiones profundas y deseos aún más profundos. En un año, su tirada rozó los 200.000 ejemplares. En cinco, había superado el millón.

En la década de 1970, la revista tenía más de siete millones de lectores y había inspirado a otras similares como Penthouse y Hustler. La competitividad e internet redujeron su circulación a menos de tres millones en el siglo XXI, y el número de publicaciones anuales pasó de 12 a 11.

Sin embargo, Hefner y Playboy siguieron siendo marcas reconocidas en todo el mundo.

Cuando The New York Times le preguntó en 1992 de qué estaba más orgulloso, Hefner respondió: “De que cambié las actitudes en torno al sexo. De que ahora la gente buena puede vivir junta”.

Hefner nació en Chicago el 9 de abril de 1926 en una familia de metodistas devotos que nunca expresaban “amor de una forma física o emocional”.

“Parte del motivo por el que soy como soy son mis profundas raíces puritanas”, comentó a The Associated Press en 2011. “Mis padres son puritanos. Mis padres son prohibicionistas. En mi casa no se bebía alcohol. No se hablaba de sexo. Y creo que vi muy pronto el lado doloroso e hipócrita de eso”.

Hefner dirigía Playboy desde sus lujosas mansiones, primero en Chicago y después en Los Ángeles, y se convirtió en el extravagante símbolo del estilo de vida que defendía. Durante décadas se le vio, fumando en pipa y con pijamas de seda, en el centro de una fiesta constante con famosos y modelos de Playboy.

Presentó un programa de televisión, “Playboy After Dark”, y en 1960 abrió una serie de clubes en todo el mundo donde las meseras vestían reveladores disfraces con orejas y colas de conejita. Los clubes también influyeron en la cultura, dando oportunidades a personas del mundo del espectáculo como George Carlin, Rich Little, Mark Russell, Dick Gregory y Red Foxx. El último club cerró en 1988, cuando Hefner los calificó de “pasados” y “demasiado suaves para la época”.

En el siglo XXI volvió a la televisión en un reality show por cable, “The Girls Next Door”, en el que aparecía con tres novias residentes en la mansión Playboy de Los Ángeles.

La revista era una lacra y una tentación. Algunas de las que posaron para sus páginas fueron Drew Barrymore, Farrah Fawcett y Linda Evans. Varias conejitas se hicieron famosas, como la cantante Deborah Harry o la modelo Lauren Hutton, dos mujeres que dijeron tener buenos recuerdos de su época en Playboy.

Otras conejitas tuvieron experiencias traumáticas y varias dijeron haber sido violadas por Bill Cosby, amigo cercano de Hefner y que enfrentó docenas de acusaciones similares. Hefner emitió un comunicado a finales de 2014 afirmando que “nunca toleraría este comportamiento”. Pero dos años más tarde, la exconejita Chloe Goins demandó a a Cosby y a Hefner por agresión sexual, violencia de género y otras acusaciones por una supuesta violación en 2008 en la mansión Playboy.

Tras sufrir una apoplejía, Hefner entregó el control de su imperio a su hija, Christie, que se describe como feminista. Sin embargo, seguía siendo el propietario del 70% de las acciones de la compañía y cada mes elegía la Playmate y la foto de portada. Christie Hefner continuó como directora general hasta 2009.

A Hefner le sobreviven su esposa, Crystal, y sus hijos Christie, David, Marston y Cooper.