Un fallo en Amazon bastó para desconectar al país

Un fallo en Amazon bastó para desconectar al país
La interrupción de Amazon Web Services (AWS) dejó al descubierto lo vulnerable que es la infraestructura digital global. En un solo día, millones de estadounidenses experimentaron el impacto de depender de una sola empresa: hospitales con sistemas de comunicación inactivos, profesores sin acceso a clases, y usuarios que no podían pagar en tiendas ni consultar a Alexa. Incluso servicios esenciales como la banca móvil, las cámaras de seguridad domésticas y las aplicaciones de pedidos se paralizaron.
AWS, que concentra cerca del 37 % del mercado mundial de servicios en la nube, sustenta el funcionamiento de gran parte de internet. Junto con Microsoft y Google, forma un oligopolio que controla más del 60 % del sector, lo que crea un enorme punto único de fallo. Expertos estiman que las pérdidas económicas de la caída alcanzarán miles de millones de dólares, afectando desde cadenas de restaurantes hasta sistemas médicos y financieros que dependen del servicio para operar a diario.
En ciudades como New Albany o Houston, los negocios improvisaron ante la imposibilidad de cobrar o procesar pedidos. Clientes se marcharon sin pagar y hospitales tuvieron que retrasar citas médicas. “Hemos puesto todos los huevos en una sola canasta”, lamentó una usuaria afectada. La interrupción ha encendido las alarmas sobre la creciente centralización tecnológica y la urgencia de diversificar los servicios digitales, recordando que un fallo en la nube puede desconectar, literalmente, al mundo.